Asimetrías cerebrales
Se puede
definir como la existencia de diferencias funcionales, anatómicas o
neuroquímicas entre los dos hemisferios cerebrales. Se trata de un fenómeno
dinámico modulable por factores endógenos y exógenos. Su significado funcional
está apenas aclarado y sólo lo está en algunos casos muy concretos como, por
ejemplo, la relación existente entre el contenido cerebral lateralizado de
dopamina y sus efectos motores, que se manifiesta especialmente en la
enfermedad de Parkinson.
El contenido asimétrico
cerebral de dopamina no sólo da lugar a efectos motores lateralizados, sino que
se extiende a consecuencias autonómicas y de conducta igualmente lateralizadas.
De hecho, la enfermedad de Parkinson se caracteriza por síntomas motores
unilaterales, que surgen en las fases iniciales de la enfermedad, y por otros
síntomas no motores, como alteraciones autonómicas o cognitivas, que también se
manifiestan de forma lateralizada.
Tipos de asimetría
cerebral
Por
ejemplo, el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo,
distingue la escritura y las palabras, y es el centro de la memoria verbal, la
escritura y la aritmética. El hemisferio derecho controla el lado
izquierdo del cuerpo, decodifica las expresiones faciales y las emociones,
ayuda a verbalizar las emociones, controla el sentido del tacto, evalúa las
distancias y memoriza todo lo que no es verbal.
Asimetría anatómica
Algunas zonas
del hemisferio izquierdo son mayores que las correspondientes en el hemisferio
derecho (por ejemplo, algunas zonas del lóbulo
temporal o la cisura lateral).
Asimetría funcional
El hemisferio
izquierdo está especializado en la mayoría de personas, en las funciones del
lenguaje, mientras que el derecho lo está en aspectos más emocionales.
Estudios
clínicos y la aparición de diversas enfermedades como tumores, accidentes
vasculares y traumatismos han aportado muchos datos sobre las funciones de cada
hemisferio.
El hemisferio dominante
El hemisferio izquierdo es el dominante en la mayoría de las personas. A diferencia del hemisferio derecho, el izquierdo está relacionado con la parte verbal de la comunicación
- Tiene una mayor capacidad para el
lenguaje.
- Elabora la información de manera
secuencial, analítica y temporal.
- Es más eficiente en operaciones lógico matemáticas.
- Es más hábil en el análisis
dualista de la realidad exterior.
Aquellas
personas con mayor facilidad para resolver problemas numéricos, hacer
reflexiones racionales o realizar análisis tienen un hemisferio izquierdo
más desarrollado en comparación con el derecho.
El
hemisferio izquierdo está dividido en dos estructuras:
- Área de Broca: zona que
controla lo relacionado con el habla y la expresión oral.
- Área de Wernicke: zona responsable
de la interpretación del lenguaje.
Cuando el
Área de Broca sufre daños, se produce una afección denominada afasia,
que incapacita a las personas para escribir o hablar. Por su parte, cuando el
daño ocurre en el Área de Wernicke, la expresión y comprensión del lenguaje se
ve afectada.
El hemisferio no dominante
La
comunicación no verbal es una función específica del hemisferio no
dominante. Lesiones de este hemisferio se traducen en problemas de
comunicación no verbal, incluyendo las dificultades para interpretar el
lenguaje gestual, la expresión facial y las variaciones posturales.
- Tiene una capacidad más reducida
por el lenguaje, pero posiblemente tiene más por los aspectos prosódicos y
emocionales.
- Es superior en operaciones
visuales y espaciales.
- Es más emocional, artístico y
musical.
- Es más especializado en un
análisis global, holística del mundo externo.
Asimetrías
cerebrales y la regulación emocional
Un número
considerable de investigaciones convergen en establecer que la psicopatología
surge en parte debido a un proceso de
regulación deficiente, ya sea por el tipo de estrategia utilizada o como
producto de una diferenciación afectiva poco desarrollada. A finales de la
década de los 80s, un grupo de investigadores concentró su atención en los
aspectos corticales del procesamiento emocional. A partir de estudios en ratas
y modelos de lesión en humanos, se comenzó a develar la participación de la
corteza cerebral en las emociones, sobre todo de la corteza pre frontal en
varias de sus porciones (orbito frontal, dorso lateral y Centro medial). La
evidencia proveniente del análisis de pacientes con daño frontal sugería que la
corteza prefrontal tendría un rol
asimétrico en la participación de los procesos afectivos. De allí, ha surgido
el concepto de Estilo Afectivo
El Estilo
Afectivo corresponde al rango de diferencias individuales en los múltiples
componentes de las disposiciones anímicas y la reactividad afectiva. Diversas
estructuras cerebrales se relacionan con el estilo afectivo, siendo
categorizadas en dos sistemas que sustentan la motivación y la emoción: El
sistema de aproximación y el sistema de inhibición. El sistema de aproximación
se ha descrito como favorecedor de conductas apetitivas y como generador de
afectos positivos relacionados con el logro de metas. El sistema de inhibición
facilita al organismo distanciarse de una fuente agresiva de estimulación, y
organiza las respuestas apropiadas cundo es confrontado con estímulos
amenazantes.
Se ha
encontrado que la lateralización según el sistema emocional sólo existe para
algunos de los componentes de estos circuitos, en particular la activación de
la corteza pre frontal. Así, se concibe que la corteza pre frontal derecha
estaría directamente implicada en el sistema de inhibición, mientras que la
izquierda lo estaría en el sistema de aproximación. Esto quiere decir que los
sujetos con asimetría derecha de la activación tónica de la corteza pre frontal
tienen una tendencia a experimentar mayor intensidad de afecto negativo, en
comparación con su contraparte izquierda. Así mismo, los individuos con la
corteza pre frontal derecha tónicamente más activa están predispuestos a ser
más sensitivos a los estímulos amenazantes, inhibiendo su conducta y
experimentando más afecto negativo
Ha sido
enfático en subrayar que las asimetrías cerebrales funcionales deben ser
entendidas dentro de unos modelos de diátesis, esto es, que la asimetría
frontal no es suficiente para causar estados emocionales específicos, sino que
predisponen a responder bajo condiciones apropiadas de un modo u otro.
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